El centro de la isla está recubierto por conglomerados, limos rojos y arenas y recibe la expresiva denominación de El Camp. En este espacio se encuentra alguno de los aljibes con los que contaba la población para almacenar las exiguas precipitaciones (media anual inferior a los 300 mm) (figura 15).

Sin embargo, este sector se dedicó, fundamentalmente, a un aprovechamiento agrícola que, sin duda, debemos calificar de precario debido a la pedregosidad, la escasez de suelo y de agua, junto a la frecuencia de vientos salinos. Entre las especies cultivada merece la pena resaltar que, en el espacio central, a ambos lados del camino que une la Torre de Sant Josep y la Casa del Camp (hoy en ruinas) se encontraba una plantación de paleras, chumberas o tuneras (Opuntia ficus-indica) que, en la actualidad prácticamente ha desaparecido (figura 16).

Las zonas de cultivo han sido colonizadas, fundamentalmente, por la cambronera (Lycium intricatum Boiss.); el cual, junto a la sosa escarabella/salado negro (Salsola oppositifolia Desf.) y la bufera/paternostrera (Whitania frutescens (L.) Pauquy), entre los que se enmaraña esparreguera blanca/esparraguera blanca (Asparagus albus L.) forman agrupaciones de planta generalmente circular separadas por herbazales de terófitos. Totalmente modelados por el viento predominante del este, configuran un campo de lo que podríamos denominar “dunas vegetales” (figura 17), siendo esta formación arbustiva abierta envuelta por una matriz de herbazales terofíticos lo que domina el paisaje de este sector de la isla, es decir, El Camp. Otra especie de interés es el fenoll marí/hinojo marino (Crithmum maritimum L.), que solo aparece en la costa septentrional, donde tienen más incidencia los levantes y gregales, así como sus efectos. No hay que olvidar la presencia de especies nitrófilas y halo-nitrófilas (Suaeda vera, Atriplex glauca) y exóticas invasoras (Opuntia ficus-indica, Carpobrotus edulis) que, en conjunto, nos recuerdan la intensa humanización de toda la isla (figura 18).


Más información en:
Estévez, A., Renard, P. y Yébenes, A. (2004). “Cabo de Santa Pola e Isla de Tabarca”, en Alfaro, P.; Andreu, J.M.; Estévez, A.; Tent-Manclús, J.E. y Yébenes, A. (eds.), Geología de Alicante, Alicante, Universidad de Alicante, 161-177.
Giménez López, E. (2012). Nueva Tabarca. El lado oscuro del optimismo. Canelobre, 60, 79-95.
Kampshuur, W. y Simon, O.J. (1969). Sur la géologie de l’île de Tabarca (prov. d’Alicante, Espagne) et sa position tectonique dans la zone Bétique (Cordillères bétiques), Comptes Rendus Sommaires de la Société Géologique de France, vol. 2, 37-38.
Marco Molina, J.A. (2012). Aspectos geográficos del entorno físico: morfología de la costa de Nueva Tabarca. Canelobre (60), 14-31.
Martínez-Medina, A., Pirinu, A. y Banyuls i Pérez, A. (2017). La fortificación de la isla de Nueva Tabarca, 1769-1779: De la estrategia militar a la táctica del proyecto urbano. En Echarri-Iribarren, V. (Ed.), International Conference on Modern Age Fortifications of the Mediterranean Coast, FORTMED 2017 (pp. 101-108). Publicacions Universitat d’Alacant.
Geolodía Tabarca: https://dctma.ua.es/es/documentos/geolodia/folletos/gd17-tabarca.pdf